miércoles

HACER FACIL LO DIFICIL

Dedicado a todas las personas que se desvelan y se desviven por hacer más fácil la vida de los seres queridos que cuidan.


Si miramos a nuestro alrededor, seguramente encontraremos personas heroicas y luchadoras que lo dan todo por por el bienestar de sus seres queridos. Personas que se desviven por resolver y mejorar la calidad de vida de sus seres queridos. Personas que, sin haber estudiado un grado de Medicina ni ninguna de sus especialidades, conocen más de la condición que ha llevado a sus seres queridos a no estar saludables que cualquier otro investigador o eminente doctorado. 
 
Hablo de personas que igual no saben qué es una enzima, pero que han aprendido cuando limpian las heces de sus seres queridos, porque ellos no pueden, qué alimento o qué medicación les está haciendo estragos. Que han desarrollado la capacidad de ver más allá de los números de los valores de una analítica y saber por un cambio en el tono de la piel alrededor de los ojos, que vuelve a sufrir una infección que aún no ha dado la cara.  O que son capaces de leer e interpretar el aumento o la disminución del brillo en los ojos de sus seres queridos si algo va bien, o no va tan bien.

Personas que han aprendido que en la ciencia de la Medicina, no siempre uno más uno es igual a dos, porque a sus seres queridos no siempre les ha funcionado esa fórmula matemática que nos hace a todos iguales. Y la verdad, la gran verdad, es que no somos iguales. Que cada uno de nosotros somos únicos. Y tal vez de esa "exclusividad" de la cual todos gozamos nacen lo que muchos llaman "milagros".

Puede que si. Puede que tal vez. Puede que no. No siempre las matemáticas funcionan. Pero algo que no falla es el ojo observador de una persona que está pendiente constantemente de ese ser querido. Tampoco falla el toque para sentir la Vida del ser querido. Tampoco falla algo tan primitivo y que estamos olvidando a pasos agigantados y que se llama "Intuición".

Según algunos autores, llegamos a la Intuición gracias al un grado elevado de conocimiento sobre una materia. Entonces, ¿es posible que exista un grado de conocimiento mayor que la intuición de una persona que está casi las 24 horas del día, durante los 365 años observando la evolución de un ser querido?. Yo digo que no. Pero tan sólo es mi opinión.

Es entonces cuando el Cuidador se convierte en una de las piezas fundamentales en el proceso de bienestar y recuperación de su ser querido. Pero también es en ese momento cuando comienza  a recibir las mayores presiones por parte de todos los frentes posibles, y normalmente todas estas presiones se realiza con la mejor de las voluntades, proponiendo alternativas que a ellos les funcionó con sus seres queridos. Y es entonces cuando comienza toda una batería de frases como:

- ¿Y por qué no le das tal o cual vitamina?.
- Yo le di tal medicación y le aumenté a tal dosis. 
- Prueba tal o cual terapia.
- Dale pescado en vez de carne....o carne en vez de legumbres.

Y un sinfín de frases que podeis leer en blogs, foros, comunidades en las que al final lleva al cuidador a un callejón en el que el cuidador se siente paralizado y  que se llama ¿Y por donde empiezo?.

Mi profesor de Física del Instituto tenía una forma genial de plantear cómo resolver un problema. Cuando nos sacaba a la pizarra y nos dictaba un problema, nuestra primera reacción era ver la pizarra  llena de datos y pensar ¿por dónde empiezo?. 

El siempre nos daba unos minutos antes de intervenir. Nos observaba a todos, tanto al que había sacado a la pizarra, como al que permanecía sentado en su mesa. Toda la clase en silencio. Hasta que aquel profesor soltaba lo que el llamaba "el conjuro solucionatodo", que no era ni más ni menos que recordarnos una frase muy simple:

- "Haz simple lo complicado".

Y creo que eso es lo que hemos olvidado todos los seres humanos, hacer simple lo complicado.  Y tal vez para un cuidador esto se traduce en olvidarse de todos los noes o los sies, de todas las palabras y palabrejas, de todos los obstáculos y de todas las metas. Y volver a hacer algo simple. Muy simple. Tan simple que lo hemos olvidado de hacer no solo con los seres queridos a los que cuidamos, sino con todo ser que nos rodea:

SENTIR
 Y a lo primero que debo de sentir es a mí mismo como cuidador.  Y poder sentir mis manos, mis brazos, mis dedos, mis pies, mis piernas, mis ojos, mi nariz, mi estómago, mi piel... Todo, sentir todo de mí.

Y debo de empezar por mí. Porque si soy capaz de sentirme siendo cuidador, seré capaz de sentir a mi ser querido. Y entender que, al igual que yo como cuidador, que necesito un espacio, un descanso, una intimidad, mi ser querido también la necesita. Pero para eso debo de ser capaz de sentirme a mi misma como ser individual. Y luego permitirme sentir a los demás.

Mi mundo como cuidador, mi vida social como cuidador, puede que esté girando sobre tal o cual enfermedad o  diagnostico de mi ser querido. Eso está bien si no te impide ser una persona en equilibrio y con bienestar. Pero si te lo está impidiendo, tal vez sea el momento de que te tomes unos minutos al día para sentirte. 

Yo os propongo una pequeña tarea que no os tomará más de unos 20 minutos. Si no eres cuidador, también la puedes disfrutar. Se trata de una pequeña meditación. Ya os adelanto que para esta meditación no hay que adoptar posiciones complicadas, ni encender incienso, ni velas, ni música. Porque no se busca distraer a tus sentidos con evocaciones que te hagan irte del centro de atención que eres tú.

Si te recomiendo que te coloques en un lugar que te haga sentir bien y que te permita estar sentado en una silla. Da igual una estancia de tu casa, o un banco del parque. Da igual que sea de día o de noche. Lo que no da igual es que tienes que ser consciente que durante esos  20 minutos lo único que existe en el mundo eres TU.

¿Comenzamos?

Antes de sentarte, sacude todo tu cuerpo, tus piernas, tus brazos, tu cabeza. Imagina que te has mojado con agua de lluvia y te las estás sacudiendo.

Una vez hecho, toma asiento en una silla y coloca tus manos sobre tus muslos. Siente que tus hombros estén relajados. Tus pies deberían de estar descalzos y sentir que están apoyados en el suelo.

Lleva la punta de la lengua al techo de la boca y deja un poco entreabiertos tus labios. Esta posición evitará que sin quererlo aprietes la mandibula. Con respecto a tus ojos, puedes tenerlos abiertos, entornados o cerrados. Como más te guste y menos te distraiga de estímulos exteriores.

Empieza a ser consciente de tu respiración. Toma aire imaginando que cada vez que tomas aires, inspiras un aire de color blanco. Y que cada vez que lo expulsas, tu aire es de color negro.
Repite este proceso unos 10 ciclos respiratorias aproximadamente.

Una vez hecho, sigue prestando atención a tu respiración, pero ahora lleva tu respiración blanca hacia tus pies, hacia los dedos, la planta, el dorso, hacia todo tus pies. Observa como tu respiración blanca inunda tus pies, y como en cada expulsión de aire que recoges desde tu pies va cambiando del negro al blanco. Sigue centrado en tus pies hasta que el color de tu expulsión de aire que "arrastras" desde tus pies es tan blanca como el color del aire que llevas a tus pies.

Este proceso lo vamos a ir llevando de forma ascendente y pasando por las siguientes "estaciones":

  • Piernas.
  • Rodilla.
  • Muslo.
  • Pelvis.
  • Abdomen.
  • Tórax.
  • Espalda.
  • Manos.
  • Antebrazo.
  • Codos.
  • Brazo.
  • Hombros.
  • Cuello.
  • Cabeza.

Cuando termines con el proceso de tu Cabeza, dirige toda tu respiración "blanca" a todo tu cuerpo durante unos 10 ciclos respiratorios aproximadamente.

Para reactivarte, y en posición sentada, mueve suavemente tus pies, tus piernas, tu espalda, tus manos, tus brazos, tu cuello. Incluso permítete esperezarte y bostezar varias veces.

No te rindas si el primer día tu atención estuvo en todos los sitios menos en tu respiración. No te rindas si no terminastes el proceso. No te rindas si piensas que perdistes el tiempo. No te rindas si crees que deberías de usar ese tiempo para otra cosa. No te rindas. Es una pequeña tarea diaria. Pero tiene que ser diaria. 

Te recomiendo que lo hagas en tu intimidad. Es decir, es un tiempo para tí. No para compartir con nadie más. Te lo debes y te lo mereces. Igual te sorprende los resultados y lo que más te puede sorprender es que empiezas a sentir cosas olvidadas en tí, y cosas nuevas en tí. Y todo lo que te permitas sentir hará mucho más fácil que sientas qué es lo que realmente necesita en un momento determinado el ser querido al que cuidas, transformando así lo complicado en algo tan fácil como SENTIR.

Te agradezco tu atención al leer este artículo. Y deseo que te sirva de ayuda.
Gracias.

P.D.: Esta meditación sirve para cualquiera que necesite "sentirse" de nuevo. Así que si crees que le puede ser de ayuda a alguien, no dudes en enviarle el link.
 
 



 

 

martes

BIENVENIDO AL PROYECTO INTEGRAL DE DISEÑO DE VIDA


Si has llegado a esta página es porque tus inquietudes y tu curiosidad te han hecho navegar por la red y encontrarnos. O bien alguien cercano a ti y en el que has visto en poco tiempo que su vida está cambiando hacia una mayor plenitud y satisfacción personal, te habló de su propio Proyecto Integral de Diseño de Vida, y de cómo inició su Proyecto. Y tú sientes que ya por fin es hora de que tu Proyecto Integral de Diseño de Vida se vaya dibujando y tome forma.

¿Qué es el Proyecto Integral de Diseño de Vida?  

 

Un proyecto es la realización de un tratado en el que se disponen las bases para la ejecución de algo que creemos y sentimos que es importante.

Se trata de la labor más importante que cada uno de nosotros debemos de realizar por y para nosotros. Un proyecto que se desarrollará y permanecerá en el tiempo con la ayuda de un conjunto de técnicas multidisciplinares tanto de la Naturopatía como del Crecimiento Personal, en función de tus necesidades personales, y que se ponen a tu servicio.

Todos tenemos unas expectativas cuando tomamos contacto con un nuevo enfoque de nuestra vida. Pero en ocasiones, estas expectativas están marcadas no por nuestras necesidades propias, sino por modas del mercado que nos indican en todo momento que camino hemos de seguir sin prestar atención a lo más fundamental de todo: NUESTRAS PROPIAS NECESIDADES. De esa forma nos convertimos en coleccionistas de técnicas que apenas nos hacen avanzar, pero no en autónomos en la aplicación de la materia aprendida a lo largo de las sesiones recibidas.

Es aquí donde desde mi experiencia en formación y asesoramiento personal nace un nuevo concepto en la meta de vivir y disfrutar de una Vida Plena. Este concepto se denomina:


PROYECTO INTEGRAL DE 

DISEÑO DE VIDA.

Para ello te acompañaré en un proceso en el que tú eliges el momento de comenzar tu asesoramiento y formación y tú eliges el momento de terminar. Sólo te voy a acompañar y a formarte en aquellas herramientas necesarias para que tu puedas desarrollar de forma autónoma tu Proyecto Integral de Diseño de Vida de forma plena y satisfactoria.

  ¿Comenzamos?